Nuestra primera etapa comenzó en Sarria (Lugo), aunque estábamos preocupados porque no sabíamos lo que se venía, cuando empezamos a andar, charlando con los compañeros y riéndonos, nos dimos cuenta que al acabar la etapa no era para tanto aunque los pies sí que nos dolían… Llegamos al hotel donde comíamos y luego al tumbarnos en la cama fue la mejor sensación que pudimos experimentar.